Árbol Frutal

A veces, cuando un árbol frutal está florecido, una brisa agita y envía a la tierra las flores que caen. Algunos brotes se mantienen y se desarrollan como pequeñas frutas verdes. Un viento sopla y algunas de esas caen también. Todavía otras pueden volverse frutas casi maduras, o completamente maduras, antes de que caigan.

Y lo mismo sucede con la gente. Como flores y frutos en el viento, también, caen en diferentes estadios de la vida. Algunas personas mueren mientras están en el útero, otras solo unos pocos días después del nacimiento. Algunas personas viven por unos pocos años, luego mueren no alcanzando nunca la madurez. Hombres y mujeres mueren en su juventud. Incluso otros alcanzan una madura vejez antes de morir. Cuando reflexionamos sobre la gente, consideren la naturaleza de la fruta en el viento – ambos son inciertos.

Nuestras mentes son similares también. Una impresión mental surge, se dibuja y “sopla” a la mente, y entonces la mente “cae” –tal como una fruta–.

El Buda entendió esta naturaleza incierta de las cosas. Observó el fenómeno de la fruta en el viento y reflexionó sobre los monjes y novicias que eran sus discípulos. Encontró que ellos también eran esencialmente de la misma naturaleza – ¡inciertos! ¿Cómo podría ser de otra manera? Esta es solo la manera en que todas las cosas son.

Ajahn Chah

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