Cinco Minutos Para La Vida

Si eres un principiante, intenta dedicar cinco minutos cada día a caminar de manera consciente en silencio. Cuando estés solo, puedes hacerlo tan despacio como quieras. Tal vez te ayude empezar a caminar con mucha lentitud, dando un paso a cada inspiración y otro a cada espiración. Mientras inspiras, das un paso, de tal modo que con ese paso, con esa inspiración, tu mente pensante se detiene del todo. Si no se detiene del todo, párate y mantente en ese lugar inhalando y exhalando con atención hasta que tus pensamientos se detengan. Lo sentirás. Cuando entras en un estado de plena conciencia, algo en ti cambia de verdad, física y mentalmente.

Si logras dar un paso de esta manera, sabrás que puedes dar dos de igual modo.
Empieza dedicándole solo cinco minutos, pero tal vez descubras que te gusta tanto caminar así que deseas hacerlo varias veces al día.

Todos estamos muy ocupados. Siempre hay algo que nos aleja del momento presente.
No tenemos la oportunidad de vivir la vida plenamente. La plena conciencia te permite darte cuenta de ello. Y eso es ya un estado de claridad. De manera que empiezas desde esa claridad, ese despertar: quieres vivir realmente tu vida, quieres detenerte en lugar de alejarte de ella. Y al sentarte y respirar, al caminar o incluso al cepillarte los dientes con plena conciencia, te detienes. En cualquier momento del día puedes practicar el detenerte, incluso mientras conduces.

Te liberas, te vuelves libre.
Y con esa clase de libertad,
con esa clase de liberación,
la curación es posible. La vida
es posible. La alegría es posible.

Hoy día la gente habla de equilibrar la vida profesional con la personal. Solemos ver el trabajo por un lado y la vida por el otro, como dos cosas distintas, pero no tiene por qué ser así. Después de ir en coche al trabajo y de dejarlo en el aparcamiento, puedes elegir entre ir caminando felizmente y con plena atención a la oficina o hacerlo a toda prisa y con la cabeza en otra parte. De todos modos, tienes que recorrer esa distancia. Si sabes cómo caminar, cómo estar ahí para ti mientras caminas, cada paso que des desde el aparcamiento hasta tu oficina te producirá alegría y felicidad. A cada paso puedes liberar la tensión de tu cuerpo. A cada paso puedes percibir las maravillas de la vida.

Cuando caminas con atención, inviertes el cien por cien de ti en caminar. Eres consciente de cada paso que das: eres tú el que está caminando con atención en lugar de ser la energía del hábito la que tira de ti. Eres dueño de ti mismo. El rey o la reina que toma las decisiones. Caminas movido por tu intención de caminar y en cada paso eres libre. Das cada paso sabiendo que lo estás dando, y cada paso atento te permite ver las maravillas de la vida que tienes a tu alcance en el presente. Al caminar así inviertes todo tu cuerpo y tu mente en cada paso. Por eso, cuando caminas, no piensas. Si pensaras, tus pensamientos te impedirían caminar con atención. Ni tampoco hablas, porque si hablaras tus palabras te impedirían caminar con atención.

Caminar de esta manera es un placer. Cuando la plena conciencia y la concentración están vivas en ti, eres tú por completo, no te pierdes a ti mismo. Caminas como un buda.

Sin la plena conciencia, ves el caminar como una imposición, una tarea. Con la plena conciencia, en cambio, lo ves como pura vida.

Asimismo, cuando lavas los platos de la cena, lo que determinará si vives esos momentos como una carga o como pura vida es cómo lo haces. Hay una forma de lavar los platos que te ayuda a disfrutar de cada minuto. Cuando friegas el suelo, cuando te preparas el desayuno… si sabes hacerlo con plena conciencia, es pura vida en vez de una tarea engorrosa.

Las personas que se empecinan en separar la vida personal de la laboral se pasan la mayor parte del tiempo sin vivirla. Tienes que encontrar la manera de llevar atención, espaciosidad y alegría a todas tus actividades y no solo al hacer algo que se parece a la diversión o a la meditación. Si llevas la plena conciencia a cada parte de tu vida, dedicando cinco minutos a detenerte, la división imaginada entre vida y trabajo desaparecerá y cada parte del día será un momento para ti.

Thay

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