Deshaz los Dos Nudos

Hay dos clases de nudos. El primero es el de nuestras opiniones e ideas, nuestros conceptos y conocimientos. Todo el mundo tiene opiniones e ideas, pero cuando nos apegamos a ellas, dejamos de ser libres y no podemos ver la verdad en la vida. La segunda clase de nudo es el de nuestras aflicciones y hábitos de sufrimiento, como el miedo, la ira, la discriminación, la desesperación y la arrogancia. Para ser libres tenemos que deshacer esos nudos.

Estas dos clases de nudos, grabados en las profundidades de nuestro cerebro y de nuestra mente, nos atan y empujan a hacer cosas que no queremos hacer, a decir cosas que no queremos decir. Por eso no somos libres. Cada vez que hacemos algo que no surge de nuestro deseo verdadero, sino del miedo habitual o de opiniones e ideas arraigadas, dejamos de ser libres.

Al meditar, no lo haces para adquirir conceptos e ideas, sino para desprenderte de ellos. No reemplaces tus antiguos conceptos e ideas por otros nuevos.

Deja de perseguir un concepto tras otro de felicidad, intercambiando una idea por otra.

Todos tenemos patrones de conducta, energías de los hábitos muy arraigados. Cada día dejamos que esas energías ocultas gobiernen nuestra vida. Actuamos y reaccionamos influidos por esas tendencias que hay en nosotros. Pero nuestra mente es flexible por naturaleza. Como dicen los neurocientíficos, el cerebro tiene plasticidad. Lo podemos transformar.

Ser capaz de detenerte y advertir el momento presente forma parte de la definición de felicidad. No es posible ser feliz en el futuro. No es una cuestión de creer en ello, sino de experimentarlo.

Cuando detienes el cuerpo, el volumen de la cháchara mental parece aumentar.

Cuando detienes la cháchara mental, la constante agitación cognitiva que hay en ti, sientes una espaciosidad que te permite vivir la vida de una manera totalmente nueva y satisfactoria.

Sin espacio para el silencio no puedes ser feliz. Lo sé por haberlo observado directamente y por experiencia propia. No necesito que me lo diga el aparato de un neurocientífico. Cuando veo a alguien andando a mi lado, en general noto si esa persona es feliz o desgraciada, si está serena o agitada, si es afectuosa o áspera. Sin silencio, no estás viviendo en el momento presente y este momento es tu mayor oportunidad para encontrar la felicidad.

Thay

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