El Nuevo Comienzo

Podemos practicar el Nuevo Comienzo en nuestra familia, en nuestra comunidad de práctica o con un alguien con quien tengamos problemas. Incluso podemos practicarlo con nosotros mismos. En Plum Village practicamos el Nuevo Comienzo todas las semanas. Nos sentamos en círculo con un jarrón de flores frescas en el centro y estamos atentos a nuestra respiración mientras esperamos que el facilitador empiece. La ceremonia tiene tres partes: regar la flor, expresar arrepentimiento y expresar heridas y dificultades. Esta práctica puede impedir que los sentimientos de dolor se acumulen durante semanas y ayuda a todos los miembros de la comunidad a estabilizar la situación.

Empezamos regando la flor. Cuando alguien está preparado para hablar, une las palmas de las manos y los demás hacen lo mismo, para mostrarle que tiene derecho a hablar. Entonces esa persona se pone de pie, camina lentamente hacia las flores, coge el jarrón en sus manos y vuelve a su asiento. Cuando habla, sus palabras reflejan la frescura y belleza de las flores que están frente a ella. Durante esta fase de riego de la flor, la persona que habla reconoce la integridad y las maravillosas cualidades de los demás. No es adulación; decimos siempre la verdad. Todo el mundo tiene puntos fuertes que pueden verse si se presta atención. Nadie puede interrumpir a la persona que está hablando. Se le permite que utilice todo el tiempo que precise, y todos los demás practican la escucha profunda. Cuando ha terminado de hablar, se levanta y vuelve a poner el jarrón en el centro de la sala.

No deberíamos subestimar este primer paso consistente en regar la flor. Cuando somos capaces de reconocer sinceramente las hermosas cualidades de los demás, es muy difícil seguir aferrados a nuestros sentimientos de ira y resentimiento. De manera natural nos ablandamos, y nuestra perspectiva se abre y abarca toda la realidad. Cuando ya no estamos atrapados en las percepciones negativas, la irritación y el juicio, podemos encontrar fácilmente la manera de reconciliarnos con los demás miembros de nuestra comunidad o de nuestra familia. La esencia de esta práctica es restablecer el amor y la comprensión entre los miembros de la comunidad.

En la segunda parte de la ceremonia expresamos el pesar por todo lo que hayamos hecho para herir a los otros. A veces basta con una frase irreflexiva para herir a alguien.

La ceremonia del Nuevo Comienzo es una oportunidad para acordarse de algo que hicimos mal durante la semana y deshacerlo.

En la tercera parte de la ceremonia expresamos cómo nos han herido los demás. Es crucial utilizar palabras amables.

Queremos curar a la comunidad, no herirla. Hablamos con sinceridad, pero sin intención de ser destructivos. La meditación de la escucha es una parte importante de la práctica. Cuando nos sentamos entre un círculo de amigos que practican la escucha profunda, nuestras palabras se vuelven más hermosas y más constructivas. Nunca culpamos ni discutimos.

En esta parte final de la ceremonia es crucial la escucha compasiva.

Escuchamos los sentimientos de dolor y las dificultades ajenas con la disposición de aliviar el sufrimiento de la otra persona, sin juzgarla ni discutir con ella. Escuchamos con toda la atención puesta en la otra persona. Aunque oigamos algo que no sea cierto, seguimos escuchando profundamente, de manera que la otra persona pueda expresar su dolor y liberar las tensiones que haya en su interior. Si le replicamos o corregimos, la práctica no dará fruto.

Debemos limitarnos a escuchar. Si necesitamos decirle a la otra persona que su percepción no es correcta, podemos hacerlo unos días después, en privado y tranquilamente. Luego, en la siguiente sesión del Nuevo Comienzo, puede ser esa persona la que rectifique el error, y no tendremos que decir nada. Concluimos la ceremonia con un cántico, o cogiéndonos todos las manos en el círculo y respirando durante un minuto.

Thay

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