Cuando el Buda Shakyamuni vivía aún en su palacio, rodeado de los placeres y los lujos más refinados, sus vestidos eran finos y delicados, de los tejidos más valiosos y de mayor calidad que el mercado de aquella época ofrecía.
Cuando se convirtió en monje mendicante, dejó atrás el lujo, los placeres y los bellos ropajes. Se dirigió a los cementerios y allí recogió los jirones de las mortajas; se dirigió a los basureros y recogió toda clase de harapos y de retales inservibles: los paños que las mujeres · habían usado en la menstruación, las telas empleadas en los partos, las vendas manchadas de los enfermos … -todos estos trapos inmundos, los lavó cuidadosamente, los unió retazo a retazo y luego los tiñó con tierra y cenizas. Así fue como surgió el primer kesa: mi montón de sucios. harapos que, una vez tratados adecuadamente, se convirtieron en la ropa más noble que pueda ser llevada: el vestido de un Buda.