Estudiar la mente

Los  Estudios  de  la Mente constituyeron un movimiento seglar de autodesarrollo influenciado por  el zen.  Cierto día,  un  seguidor de los Estudios  de la Mente acudió  al Maestro Shósan para preguntarle acerca de lo esencial del budismo.

El Maestro  zen díjo:  «El budísmo  no consiste en utilizar tu intelecto discursivo para gobernar el cuerpo.  Consiste  en  utilizar exclusivamente  el momento inmediato presente, en no malgastarlo, sin pensar  en el pasado  o en el futuro.»

Es por  ello por  lo  que los antiguos exhortaban a la gente, en primer  lugar,  a ser  cuidadosos con  el tiempo:   esto quiere  decir  vigilar estrictamente la mente, echar  todo afuera,  sea bueno  o malo, y desapegarse  del ego.

Además  ­continuó  el Maestro zen­,  para reformar la mente  es bueno observar  el principio de causa y efecto. Por  ejemplo, aunque  otros nos odien, no  debemos  guardarles resentimiento; debemos  criticarnos  a nosotros mismos,  considerando   por  qué  la  gente habría  de  odiarnos sin razón alguna y aceptando  que  debe   existir en nosotros un  factor causal,  e incluso   que  deben existir  en  nosotros  otros  factores  causales,  aun que aún desconocidos.

Manteniendo  que todas  las cosas son  efectos de  causas,  no  hacemos juicios  basados  en  ideas subjetivas. En  conjunto, las cosas no  ocurren de acuerdo  con ideas subjetivas; suceden de acuerdo con las  leyes  de  la  Naturaleza.  Si  mantienes la  conciencia de  esto,  tu  mente se volverá  muy clara.

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