La Balsa no es la otra Orilla

“Monjes, si la enseñanza se entiende de manera errónea, uno puede quedar atrapado por visiones estrechas que serán fuente de sufrimiento para sí mismo y para los demás. La enseñanza tiene que ser escuchada, comprendida y aplicada de manera inteligente. La persona que sabe de serpientes emplea una horquilla para sujetar la cabeza del reptil antes de intentar atraparla pues, si la coge por la cola o el cuerpo, podrá morderle fácilmente. Debéis usar vuestra inteligencia para estudiar la enseñanza, de la misma manera que la usaríais para coger a una serpiente”.

“Monjes, la enseñanza no es mas que un vehículo para describir la verdad. No la confundáis con la verdad misma. El dedo que señala la luna no es la luna. El dedo es necesario para saber hacia dónde mirar para ver la luna pero, si lo confundís con la luna, nunca conoceréis la verdadera luna”.

“La enseñanza es como una balsa que os lleva a la otra orilla. La balsa es necesaria, pero no es la otra orilla. Una persona inteligente no cargaría con la balsa después de haber hecho la travesía. Monjes, mi enseñanza es la balsa que puede ayudaros a cruzar a la otra orilla, más allá del nacimiento y la muerte. Utilizadla para cruzar el río, pero no os aferréis a ella como si fuera de vuestra propiedad. No os quedéis atrapados en la enseñanza. Debéis ser capaces de soltarla”.

“Monjes, todas las enseñanzas que os he dado —las Cuatro Nobles Verdades, el Noble Camino Óctuple, los Cuatro Fundamentos de la Atención, los Siete Factores del Despertar, la transitoriedad, el no-yo, el sufrimiento, la vacuidad, la ausencia de signo y la ausencia de propósito—, deben ser estudiadas de forma inteligente y abierta. Utilizadlas como ayuda para alcanzar la liberación pero no os aferréis a ellas”.

Thay

Camino Viejo Nubes Blancas

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