La gratuidad

En occidente vivimos pendientes de las metas. Sabemos lo que queremos y no dejamos que nada nos aparte de  nuestro camino. Eso  puede ser muy útil, pero muchas veces nos olvidamos de disfrutar lo que estamos  haciendo.

En  el budismo hay un término que significa «no deseo»  o  «gratuidad».  El  término se  refiere  a no fijarse  una meta y salir corriendo  detrás  de  ella,  porque  se supone que  todo ya está dado, dentro de uno. Cuando  hacemos meditación caminando,  no vamos a  ninguna  parte. Lo  único que   hacemos es  dar un paso después de  otro, tranquilos y felices. Si estamos pendientes  del  futuro,  de  lo  que queremos  lograr, dejamos de  prestar atención a los pasos. En  la meditación sentada  pasa lo  mismo. Lo  único que hacemos es sentarnos con  la idea de disfrutar del estar sentados, sin  ningún  otro  propósito.  Esto  es   muy importante. En  la meditación sentada, cada  instante nos  reconecta con la vida y tendríamos  que practicarla de  tal  manera que  la  disfrutáramos  de  principio  a fin. Todos  nuestros actos, comer una mandarina,  tomar  una  taza de  té,  meditar  caminando, deberían hacerse  «sin propósito».

LA PAZ ESTÁ EN CADA PASO

Thich Nhat Hanh

Comentarios cerrados.

  • Traducir