Quietud, Silencio, Espacio

Una idea común -pero equivocada- en cuanto a la meditación, es que nuestra meta es la quietud absoluta:
quietud, silencio, espacio. Si sostenemos esa idea, nos podemos sentir agobiados por la agitación, el ruido y la restricción –sin calma, silencio o espacio- y esto puede llevarnos a añorar las cualidades que están ausentes. Esta es una mala interpretación del objetivo de la meditación.

Todo el impulso del budismo en Norteamérica durante fines de los años 50 y los 60 enfatizó el concepto del vacío (anatta), y este se volvió un tema de la contracultura de ese tiempo. Cuando veneramos esa especie de quietud, silencio o vacío, confundiéndolo equivocadamente con ausencia y estancamiento, nos podemos perder un aspecto importante de nuestra vida -en particular, la vida de la mente pensante.

Ajhan Amaro

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

  • Traducir