Refugiarnos…

Hoy vivimos en una sociedad ruidosa y polucionada, llena de injusticias, pero podemos refugiarnos, por un instante, en un parque público o a la orilla de un río. La música contemporánea, la literatura y el entretenimiento hacen muy poco para ayudar a curarnos; más bien todo lo contrario, la mayor parte de ello reúne la amargura, desesperación y desgaste que todos nosotros sentimos. Necesitamos descubrir maneras para protegernos, aprender a saber cuándo hay que abrir y cuando hay que cerrar nuestras ventanas sensoriales. Éste es el primer paso del meditador principiante.
Veo que necesito entornos y objetos que se ajusten a mis necesidades y contribuyan a mí felicidad, paz y salud. Dónde se encuentran? Están aquí mismo: un torrente en el bosque, los ojos de un niño, un amigo del alma, un libro excelente, un concierto, una comida deliciosa y saludable; sé que éstas cosas están disponibles pero sin atención no soy totalmente capaz de disfrutarlas y apreciarlas.

Thay

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