Transformar el manas

Con el mindfulness podemos transformar el manas. A través de la respiración consciente podemos ayudar a la conciencia mental a examinar en profundidad a fin de identificar el manas con todos sus engaños, así como a comprender que hay una semilla de sabiduría en la conciencia-receptáculo. Cuando el manas se transforma, se convierte en la sabiduría de la no discriminación (nirvikalpajñana).

Hay un relato que describe muy bien la no discriminación. Es la historia de un grano de sal que quería saber cómo de salada era el agua del mar. «Yo soy un grano de sal. Soy muy salado. Me pregunto si el agua del mar es tan salada como yo.» Se le acercó un maestro, que le dijo: «Querido grano de sal, la única manera de que conozcas realmente la salinidad del agua del mar es que te arrojes a él». El grano de sal saltó al mar y se hizo uno con el agua del mar, y su comprensión fue perfecta.

No podemos comprender totalmente a alguien o algo mientras no nos hagamos uno con esa persona o con ese algo. Comprender significa literalmente coger algo y hacerse uno con ello. Si nos sentimos separados de algo, no podemos esperar comprenderlo.

La práctica de la meditación consiste en examinar la realidad de tal manera que la frontera entre sujeto y objeto deje de estar presente. Tenemos que eliminar la frontera entre el observador y el objeto de la observación. Si queremos comprender a alguien, nos pondremos en su piel. Para que los amigos o las familias se comprendan realmente entre sí, necesitan convertirse mutuamente cada uno en el otro. La única manera de comprender plenamente es convertirnos en el objeto de nuestra comprensión. La auténtica comprensión se produce cuando desmontamos la barrera que hay entre el objeto y el sujeto de la comprensión.

Supongamos que damos algo a alguien. Mediante la sabiduría de la no discriminación, vemos que no hay ni donante ni receptor. Si seguimos pensando que somos el donante y que la otra persona es el receptor, no es una donación perfecta. Damos porque la otra persona necesita lo que le damos, y se trata de un acto muy natural. Si realmente estamos practicando la generosidad, no diremos del otro: «No es agradecido». No tendremos ese tipo de ideas.

Si practicamos mindfulness, podemos empezar a reconocer la presencia del manas en nuestro interior. Si somos conscientes de las tendencias del manas, podemos utilizar la atención plena, la concentración y el discernimiento para transformar esas tendencias y nutrir la sabiduría de la no discriminación. Cuando no escapamos del sufrimiento, sino que lo reconocemos, lo abrazamos y lo examinamos en profundidad, ese sufrimiento comienza a transformarse, y surgen la liberación y la iluminación.

Tenemos que ser capaces de ver lo que necesitamos en nuestra propia vida para ser felices. También tenemos que evaluar las necesidades de los miembros de nuestra familia, nuestra comunidad y nuestra sociedad. Cuando sabemos lo que se necesita, sabemos qué hacer. Tenemos un objetivo, y actuamos entonces de tal manera que contribuimos a producir suficientes alimentos, democracia y libertad para el pueblo.

Cuando tenemos un objetivo, definimos la acción; sabemos ya el trabajo que tenemos que hacer para ayudar a conducir a la sociedad en una dirección positiva. Para determinar si nuestra acción es buena o mala, tenemos que ver si conducirá hacia nuestra visión suprema.

Thay

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