Un Mundo ilusorio

Era un maestro que predicaba la vacuidad e insustancialidad de todo lo fenoménico  e insistía en que  todo era ilusorio y en que había que contemplarlo todo como transitorio para desarrollar  la visión correcta  y el desapego. Un día unas fiebres malignas se llevaron a su único  hijo.  El maestro  comenzó  a llorar  y sus lágrimas anegaban  su sosegado rostro.  Los discípulos le dijeron:

—Venerable  maestro,  pero  si siempre nos has dicho que el mundo  es ilusorio.

—Y así es, queridos  míos, pero ¡es tan doloroso perder un hijo ilusorio en un mundo  ilusorio!

Reflexión

Aun en un sueño se siente y se experimenta. Hay placer y dolor,  encuentro y desencuentro. Pero cuando  uno despierta  sabe que ha sido un sueño.  La vida es muy efímera y en su sentido absoluto  es ilusoria, pero en su sentido  relativo  es bien real. Incluso los seres más elevados espiritualmente han sentido,  con su carga de humanidad, una gran pena cuando  un ser querido  ha muerto,  porque son ecuánimes, pero humanos y sensibles, aunque exentos de aferramiento y apego. El sabio Shankaracharya decía:

«Este mundo  es como  un  sueño,  colmado  de amores  y odios. En su dimensión  brilla como una realidad,  pero al despertar  se transforma en irreal.  Este mundo  pasajero brilla como si fuera real, como la plata imaginada  en una concha perlífera;  es así en tanto  no se conozca al Ser, que es la sustancia sin segundo de todo».

Ramiro Calle

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