Mirar una araña puede hacer surgir sabiduría. Una araña teje su telaraña en cualquier lugar conveniente y luego se sienta en el centro, permaneciendo quieta. Más tarde llega una mosca y aterriza en su telaraña. Tan pronto como la mosca toca y agita la telaraña –¡zas! la araña la ataca y la envuelve en hilos. Almacena el insecto en algún lugar y luego regresa a recobrarse silenciosamente en el centro de su telaraña.
Esto no es para nada diferente a nuestras propias mentes.
Nuestra mente es comparable a la araña, y nuestros estados de ánimo e impresiones mentales a los diferentes insectos. Los sentidos constantemente estimulan la mente. Cuando cualquiera de ellos contacta algo, inmediatamente llegan a la mente. La mente entonces los investiga y examina cuidadosamente, luego de lo cual regresa a su centro.
“Volver al centro” significa vivir con atención plena, con clara comprensión, estando siempre alerta y haciendo todo con precisión: ese es nuestro centro. No hay realmente mucho que hacer.
Vivimos solamente de esta manera. Pero eso no significa que vivamos pensando descuidadamente: “¡No es necesario meditar sentados o caminando!”, y por lo tanto olvidemos todas nuestras prácticas.
No podemos ser descuidados. Debemos permanecer alerta como la araña, esperando para agarrar insectos para comer. Así es como permanecemos: alerta, actuando con precisión y siempre con atención plena comprendiendo con sabiduría.
Ajahn Chah