En su punto de cocción

Cierta vez, tres eruditos que se dirigían para hacer el examen del servicio civil se detuvieron a comprar algo de comer a una mujer que vendía pastelitos a un lado del camino.

Uno de ellos se mantenía tranquilo y silencioso, mientras que los otros dos no cesaban de discutir sobre literatura. La mujer les preguntó adónde iban. Los que estaban hablando le contestaron que iban a hacer el examen del servicio civil. Ella dijo: «Vosotros dos no conseguiréis aprobar el examen, pero vuestro compañero sí». Enfurecidos los dos al oír sus palabras, la insultaron y se fueron.

Cuando los resultados del examen confirmaron la predicción de la mujer, los dos eruditos suspendidos volvieron para preguntarle de qué forma había sabido que ellos no aprobarían el examen y, en cambio, su compañero sí. Le preguntaron si tenía conocimientos de fisonomía. «No -respondió-, todo lo que sé es que cuando un pastelito está suficientemente horneado permanece silencioso, mientras que antes de estar a punto no cesa de hacer ruido.»


Wu-men

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