Cuando alguien presiona nuestros botones, podemos convertir un hecho o una frase en símbolo de toda una relación. Nuestra mente crea, a partir de un suceso pequeño, otro más grande que estamos seguros que es verdadero. Molesta, nuestra mente salta de una conclusión a otra a una velocidad asombrosa. Además, recurrimos a nuestro arsenal de experiencias dolorosas almacenadas y se lo lanzamos a la otra persona.
Thubten Chodron
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