Las seis características del manas

El manas tiene muchas tendencias. En primer lugar, está siempre interesado en buscar placer. En segundo lugar, trata de evitar el sufrimiento. En tercer lugar, ignora el peligro que entraña buscar placer. Correr tras los placeres sensuales puede destruir el cuerpo y la mente. Si examinamos en profundidad el objeto del deseo, vemos el peligro que hay ahí.

La cuarta característica del manas es que hace caso omiso de lo bueno que es el sufrimiento. El sufrimiento tiene su cara positiva. Todo el mundo necesita una cierta cantidad de sufrimiento para crecer, para comprender y cultivar la compasión, la alegría y la felicidad. La alegría y la felicidad solo pueden ser reconocidas contra el trasfondo del sufrimiento.

Si no hubiéramos sufrido por la guerra, no seríamos capaces de apreciar la paz. Si nunca hubiéramos pasado hambre, no podríamos apreciar plenamente el pan que tenemos. Es maravilloso tener algo que comer. Ese tipo de felicidad solo es posible cuando sabemos lo que es el hambre.

En la vida de todos hay momentos peligrosos. Cuando pensamos en ellos, disfrutamos más plenamente de la seguridad del presente. Gracias al sufrimiento tenemos la oportunidad de aprender a comprender y tener compasión. Sintiendo y comprendiendo el sufrimiento puede surgir la compasión.

No querría enviar a mis amigos o a mis hijos a un lugar en el que no existiera el sufrimiento, porque en ese sitio no tendrían posibilidad de aprender a cultivar la comprensión y la compasión. Buda decía que si no hemos sufrido, no hay forma de aprender. Si Buda llegó a la iluminación plena, fue porque sufrió mucho. Tenemos que llegar a Buda con todo nuestro sufrimiento. El sufrimiento es el camino. Es a través del sufrimiento como podemos ver la senda de la iluminación, la compasión y el amor. Es examinando en profundidad la naturaleza de nuestra pena, nuestro dolor y nuestro sufrimiento como podemos descubrir la salida. Si desconocemos qué es el sufrimiento, no hay manera de llegar hasta Buda, y no tendremos ninguna posibilidad de alcanzar la paz, el amor. Es precisamente por haber sufrido por lo que ahora tenemos la oportunidad de reconocer el camino que conduce a la liberación, al amor y a la comprensión.

La tendencia a escapar del sufrimiento está en todos los seres humanos. Pensamos que buscando el placer evitaremos el sufrimiento, pero esto no funciona, sino que atrofia el crecimiento y la felicidad. No es posible tener felicidad sin comprensión, compasión y amor. Y el amor no es posible si no comprendemos nuestro sufrimiento y el de los demás.

Conectar con el sufrimiento nos ayudará a cultivar la compasión y el amor. Sin comprensión ni amor no podemos ser felices, ni podemos hacer felices a los demás.

Todos tenemos semillas de compasión, perdón, alegría y «no miedo» en nosotros. Si tratamos constantemente de evitar el sufrimiento, no conseguiremos que esas semillas germinen.

En Plum Village, donde vivo, tenemos un estanque de lotos. Sabemos que el loto no puede crecer sin lodo. Se necesita lodo para que exista el loto. No podemos plantar un loto en el mármol. El barro desempeña un papel crucial para que salga el loto. El sufrimiento desempeña un papel crucial para que surjan la comprensión y la compasión.

Tenemos que abrazar nuestro sufrimiento y examinarlo a fondo; podemos aprender mucho de él. Cuando la semilla del miedo que está en las profundidades de la conciencia-receptáculo sube al nivel de la conciencia mental, es preciso invitar a que se manifieste también la semilla del mindfulness. La atención plena nos ayuda a estar realmente ahí con el fin de reconocer y abrazar el sufrimiento en vez de escapar de él. Al principio, la atención plena no es lo bastante fuerte como para soportar el dolor y la pena. Pero con la práctica, y especialmente si nuestra comunidad apoya nuestra práctica, la atención plena se hará lo bastante fuerte como para soportar el dolor, la pena y el miedo.

Todos necesitamos una dosis de sufrimiento para cultivar la comprensión y la compasión. Pero no tenemos que crear más sufrimiento. Hay sufrimiento de sobras dentro de nosotros y a nuestro alrededor. La conciencia mental es capaz de aprender mediante la observación del sufrimiento y de transmitir ese conocimiento a la conciencia-receptáculo.

La quinta característica del manas es hacer caso omiso de la ley de la moderación. La conciencia mental tiene que recordar al manas la sabiduría de la moderación. Con la respiración consciente podemos ayudar a la conciencia mental a observar en profundidad, a reconocer al manas con todos sus engaños y a comprender que la semilla de la sabiduría está en la conciencia-receptáculo. Cuando la conciencia mental practica la concentración, el objeto de concentración es el «interser», la interconexión, la no discriminación. Si la conciencia mental se concentra en estos objetos, el discernimiento llegará sorprendentemente deprisa.

La sexta característica del manas es que siempre trata de apropiarse, de tener, de poseer todo lo que percibe como deseable. El deseo es uno de nuestros impulsos más fuertes, que provoca que nos invadan los celos y tratemos de poseer a personas y cosas.

Pero si uno es consciente del interser, verá que no hay nada que poseer.

Thay

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