El pasaje de hoy del Sutra habla acerca de los cinco skandhas. También conocidos como los cinco agregados, juntos constituyen lo que es comúnmente considerado como el yo o ego. Los cinco skandhas son forma (en sánscrito, rupa), sensación (vedana), percepción o concepción (sanjna), impulso, volición, o activación ( samskara), y consciencia (vijnana).
Hay muchas líneas en este pasaje y los Budas usan varias analogías, pero esencialmente hay un punto. Es expresado en una sola línea del Sutra del Corazón: Los cinco skandhas y el vacío son uno y lo mismo.
Los seres sintientes ordinarios toman los cinco skandhas como si fuesen el yo. Los practicantes hinayana consideran los cinco skandhas como diferentes del yo. Los practicantes Mahayana, sin embargo, entienden que mientras es verdad que los cinco skandhas no son el yo, es igualmente verdadero que el yo no puede ser separado de los cinco skandhas. Así que desde la visión Mahayana no puedes obtener la Budeidad apartado de los cinco skandhas. Pero la visión ordinaria es que la Budeidad consta de nada más que los cinco skandhas. El practicante Mahayana, entonces, no esta apegado a la idea de los cinco skandhas, ni estaría apegado a la idea de su inexistencia.
De acuerdo con el Sutra, los cinco skandhas pueden ser divididos en lo físico, el primer skandha, y lo mental los cuatro restantes.
Un idealista, quien cree en la preeminencia del reino mental se concentraría en los últimos cuatro skandhas. Un materialista, quien cree que todas las cosas espirituales son en última instancia derivados de la materia, se preocupara solamente por el primer skandha. El budismo reconoce tanto el reino físico como el mental, pero el hecho de que cuatro de los cinco skandhas están orientados hacia la mente indica la importancia concedida al aspecto mental. El mundo, el universo – toda vida – vienen de esta combinación de materia y mente. La materia no puede existir separadamente de la mente; la mente no puede existir aparte de la materia.
Algunos pueden oponerse a esta visión. Sabemos que hay muchísimas formas de vida en este planeta, y quizás algunas formas de vida en otros planetas de nuestro sistema solar. Uno puede argumentar una razonable combinación de mente y materia en nuestra vecindad solar inmediata, por así decirlo. Pero en los lejanos alcances del universo donde parece haber grandes extensiones de espacio sin vida, ¿Cómo podría haber vida allí? ¿Cómo podemos hacer semejante generalización comprehensiva de que la mente siempre existe con la materia?
No hay de verdad necesidad de hablar de otras galaxias u otras áreas en el universo. Justo aquí en nuestro propio planeta, si hurgamos lo suficientemente profundo debajo de la superficie de la tierra, podemos indudablemente alcanzar áreas en donde no hay ninguna forma de vida. Lo mismo es verdadero si ascendemos lo suficientemente alto en la atmósfera.
No obstante, solemos extraer minerales o químicos de las profundidades de la tierra o de las montañas, y a pesar de que estos no contienen vida por si mismos, se relacionan a menudo directamente con nuestras vidas. Construimos edificios de piedra. Usamos aceite como combustible para nuestros automóviles. Los elementos sí que nos afectan, y de muchas maneras son una parte de nosotros.
Volvamos a los cinco skandhas. El primer skandha, forma, se refiere a todos los objetos físicos en cualquier forma que asuman. ¿Por qué usamos la palabra “forma” para referirnos a toda existencia física? En ingles, forma se refiere a la figura exterior de algo, el modo en que el objeto ocupa espacio físico. El termino usado en chino, ssu (“se” en pinyin), es de hecho la palabra para “color”. Esta puede parecer una extraña traducción del concepto de forma, pero es probablemente una mejor elección que la palabra inglesa, forma, la que esta bastante restringida en su significado. “Color” tal como es descrito en chino, denota todo lo que pueda bloquear la línea de la visión, que corte la vista del ojo. Solo una entidad física puede bloquear el ojo. ¿Hay alguna entidad física que no bloquee el ojo? El aire o el viento o cualquier gas incoloro pueden satisfacer este criterio.
La forma se divide además en “interna” y “externa”. En ambos casos la forma consta de cuatro elementos, tierra, agua, viento, y fuego. Estos elementos son afectados directamente por las fuerzas de la mente y del karma. Es bastante fácil entender el funcionamiento de la forma interna. Esto es tu propia mente / cuerpo. Si consideras alguna acción, o si las fuerzas karmicas son tales que te enfermas, entonces los cuatro elementos dentro tuyo se mueven de una forma particular. No es difícil de ver que tú eres responsable de este movimiento. Por otro lado, probablemente la mayoría de ustedes consideran los cuatro elementos externos como la naturaleza, algo que no tiene nada que ver contigo. Pero esto realmente no es así. El movimiento de toda forma externa ocurre solo como un resultado de la actividad mental y karmica de todos los seres sintientes en este mundo. Pero ya que esta forma externa es el producto de la actividad de todos los seres sensibles, puede ser difícil para un individuo ver como el o ella contribuye a cambios en los cuatro elementos externos.
Es debido al gran poder que la actividad mental ejerce en el cuerpo, en la mente, y en el mundo externo que el Buddhadharma pone tanta énfasis en la mente. De este modo, como dijimos anteriormente, el Buddhadharma atribuye cuatro de los cinco skandhas al reino de la mente.
Para el practicante hinayana los cinco skandhas son absolutamente falsos. Pero el practicante Mahayana, tal como es indicado en el Sutra Surangama, comprende que la naturaleza de Buddha – la verdadera talidad – Tathagata-garbha – no puede ser encontrada fuera de los cinco skandhas.
Tathagatagarbha es un dharma mental, no físico. “Garbha” significa almacén. ¿Qué es lo que almacena? La verdadera talidad – la mente budica. Para descubrir esta verdadera talidad, esta mente Budica, y para transformar el mundo de los seres sensibles ordinarios en este verdadero mundo, debemos ir mas allá del mundo físico. Debemos comprender el dharma de la mente.
Ahora pasemos a los skandhas mentales. El Sutra da una analogía para cada uno de los agregados, pero no voy a usar esas analogías. Primero explicare cuáles son los cinco skandhas – los cinco agregados – y luego mostrare como son falsos, y al mismo tiempo como la naturaleza de Buddha – la verdadera talidad – Tathagatagarbha no esta separada de ellos.
Después de forma, primero tenemos sensación, es decir, lo que sentimos o percibimos; luego percepción o concepción, las ideas que tenemos y como pensamos y razonamos; luego voluntad, impulso, o activación, las ideas de acción o voluntad que surgen en la mente; y, finalmente, consciencia.
Nótese que la consciencia a la que se refiere aquí es la octava consciencia. (En Sánscrito: alaya-vijnana – consciencia depósito). Luego de que realicemos una acción, las consecuencias – el karma de esa acción – son sembradas en esta octava consciencia. Los primeros cuatro skandhas de los que hemos hablado, forma, sensación, percepción y voluntad se relacionan solo con las primeras seis consciencias. Estas son las consciencias que corresponden a cada uno de nuestros cinco sentidos y la consciencia que surge cuando uno de estos cinco sentidos se pone en contacto con un objeto sensorial. La consciencia que resulta de este contacto da origen a la sexta consciencia.
Te puedes preguntar que ha pasado con la séptima consciencia. Esta es la consciencia que contiene el más profundo sentido del yo. Interpreta todos los fenómenos que te ocurren de tal modo que una idea del yo es establecida. Esta séptima consciencia toma la octava consciencia como el “yo”. Mientras estamos vivos, las primeras seis consciencias siguen funcionando. Cuando morimos, desaparecen. Pero la octava consciencia continua. Esta consciencia es el depósito de todas las semillas karmicas que hemos acumulado a lo largo de todas nuestras acciones previas. Son plantadas en la octava consciencia por la función de percepción de la séptima consciencia.
La octava consciencia es, hasta cierto punto, un supervisor perezoso y fácil de complacer. No le importa que saques algo afuera o que pongas algo dentro. Pero hay un muy astuto, celoso guardián custodiando el almacén. Se aferra firmemente a todo en el almacén como si fuera su propio “yo”. Así es como funciona la séptima consciencia.
La octava consciencia seria bastante inútil sin la séptima consciencia. No seria nada más que un recipiente del que sacas cosas y pones cosas dentro. Es a través de la acción de la séptima consciencia que nuestras semillas karmicas identificadas con uno mismo son almacenadas, y continuamos moviéndonos de vida en vida en el reino del samsara.
Volvamos al segundo skandha, sensación. Hay cinco clases de sensaciones: sufrimiento o dolor, felicidad, preocupación, alegría, y una quinta que tiene el significado literal “soltando o dejando”, y que equivale a algo como la indiferencia. No obstante, dicha sensación, también, es una aflicción.
Cuando estas en medio del sufrimiento, sin duda sufres. Cuando estas en medio de felicidad, sin duda eres feliz. Pero no hay realmente un criterio objetivo para estas percepciones. Lo que puede causar a una persona mucho dolor, puede ser percibido por otro como una oportunidad para crecer. Es bastante posible que puedas estar satisfecho en medio del sufrimiento. Por otro lado, si haces ciertas cosas que normalmente consideras placenteras – beber o fumar, digamos – hasta el exceso, entonces puede que no consideres mas esas actividades como agradables. No hay un modo objetivo de medir estas percepciones. Como algo es percibido depende de tu estado mental.
Para dos personas el vivir bien juntos, no depende simplemente de actividades compartidas o hobbies. Lo importante es un entendimiento compartido y un propósito común en la vida. Una percepción inicial de alguien como atractivo puede volverse débil luego de que lo que tú originalmente encontrabas atractivo deje de interesarte, y no haya nada mas profundo para ocupar su lugar. Muchas relaciones se terminan por esta razón. Pero con significado en común y propósito en común, es posible para dos personas el estar contentos con sus vidas juntos.
Las actitudes, percepciones, y sentimientos acerca de gente, lugares y cosas están determinados por estados subjetivos de la mente. Realmente no hay criterios objetivos. Algunas personas encuentran placentero el sadomasoquismo. La mayoría de las personas consideran tales comportamientos como extraños y bizarros. Pero para los participantes es una aceptable forma de relacionarse. No hay estándares de percepción.
Ahora hablare acerca del tercer skandha, concepción, el cual contiene nuestros pensamientos e ideas. Estos elementos de ideación están constantemente en un estado de cambio. Mientas están en este estado de flujo, no tienen existencia real. Los pensamientos en nuestra mente son como gotas en una cascada, cambiando, mezclándose, separándose en una veloz sucesión. La naturaleza del agua de la cascada puede que no cambie, pero las moléculas individuales del agua se mueven y cambian a un ritmo veloz.
Nuestras mentes son simplemente muy torpes para percibir este torrente de pensamientos dentro nuestro. Solo los pensamientos más brutos son perceptibles. Los pensamientos sutiles pasan por debajo de nuestra consciencia. Pero sin importar que pensamientos pasen a través de nuestra mente, percibidos o no percibidos, son todos falsos. No tienen existencia real.
Para el oportuno propósito del Buddhadharma, especialmente para el principiante, hay un concepto de pensamiento correcto, para ser distinguido del pensamiento ilusorio. Pero en niveles mas elevados de práctica, todos los pensamientos, tanto “correctos” como “ilusorios” son descartados. El pensamiento “yo quiero obtener la budeidad”, puede parecer un pensamiento noble, pero es sin embargo una ilusión. Con tal pensamiento, nunca alcanzaras la Budeidad.
Tales afirmaciones como “esta es mi idea”, “esta es mi concepción”, “esta es mi filosofía”, son realmente ilusiones desesperadas.
Puedes preguntar si es correcto para nosotros tener nuestras propias opiniones acerca de las ocurrencias del mundo. Después de todo, aun somos seres sensibles ordinarios, y no podemos prescindir de nuestras percepciones y concepciones.
La palabra concepción también connota sueños, deseos, imaginaciones, e ilusiones. Soñamos durante la noche y soñamos durante el día. Cuando pensamos, creemos que nuestros pensamientos son claros, pero no obstante, aun estamos soñando. Todos los pensamientos, ideas, y concepciones que pasan por nuestras mentes son sueños, y no nos despertaremos a este entendimiento hasta que alcancemos la Budeidad. Para entonces no habrá concepciones.
El cuarto skandha es traducido en una variedad de formas: “volición”, “impulso”, o “activación”. Una vez que las ideas, pensamientos, o concepciones han surgido en tu mente, hay una tendencia en ti de tener ese impulso para, de hecho, hacer algo, de llevar a cabo una acción. Si, por ejemplo, ves a una mujer hermosa, y piensas, “debo conquistarla”, y eso es exactamente lo que haces, entonces estas en el reino del cuarto skandha. Nótese que ningún acto puede ser llevado a cabo sin la idea de acción formándose primero en la mente. Por eso este skandha es clasificado como volición o activación. Si solamente piensas acerca de hacer algo – si tú solo tienes la intención y no actúas – entonces eso esta solamente en el reino del tercer skandha, concepción. Los pensamientos sin acción solo generan karma menor. Es solo cuando la mente, el cuerpo, y la palabra se combinan en acción que hay absoluta certeza de que las semillas karmicas serán sembradas en tu octava consciencia.
Es importante entender que estas ocurrencias de volición, impulso, y activación no tienen existencia real en y de si mismos porque están constantemente moviéndose, cambiando, y desapareciendo. Estos actos de voluntad y sus consecuencias pueden primero parecer verdaderamente asombrosos o terroríficos: determinan si bien vamos al cielo o al infierno. En el cielo disfrutamos de las consecuencias de nuestras acciones. Pero este disfrute es por si mismo una clase de activación, y una vez que los frutos de nuestro previo karma positivo se agotan, podemos encontrarnos afligidos por el sufrimiento del infierno debido a nuestro previo karma negativo. Pero lo que el Sutra Surangama nos dice es que, si, debemos ser responsables por nuestras acciones, pero no hay necesidad de tenerles miedo, ya que dicho miedo genera apego.
Debes comprender que una vez que practicas hasta el punto en que trasciendes los tres reinos del deseo, forma, y no-forma, y una vez que trasciendes el nacimiento y la muerte y obtienes la Budeidad, no habrá volición, impulso, o activación para ti. Puede que tengas que pagar por acciones pasadas, pero ya no crearas más karma.
Lo mas importante es practicar y continuar practicando. No temas al mal karma del pasado. No hay razones para pensar que no hay esperanzas para ti debido a lo que has hecho previamente. No te preocupes por el hecho de que incluso cuando practicas simultáneamente generas mal karma. No hay necesidad de preocuparse. Continúa practicando.
Llegamos ahora al ultimo skandha, consciencia. He explicado anteriormente que esta es realmente la octava consciencia, y que es el deposito para las semillas karmicas sembradas por nuestras percepciones, concepciones, y activaciones. Pero como he mostrado, estas percepciones, concepciones, y activaciones son por si mismas falsas e irreales, y así las semillas que generan carecen de existencia real. La octava consciencia, por ende, es en verdad un deposito de ilusiones. Nada dentro de ella es real.
El depósito mismo no es otra cosa que la verdadera talidad, la naturaleza de Buddha. Es por si mismo la Budeidad.
¿Significa esto que ya hemos alcanzado la Budeidad? Si de hecho todo es una ilusión, ¿no podríamos suponer que hemos logrado todo lo que hay por lograr y que podemos hacer lo que se nos de la gana? ¿No podemos robar y matar con impunidad? ¿No somos ya Buddhas? ¿El sutra trata sobre esto?
No, el Sutra expone un sendero para nosotros, no nos da autorización de hacer cualquier cosa que nos guste. Debemos intentar liberarnos a nosotros mismos de las ilusiones, entender nuestras propias mentes, y progresar a niveles más elevados en la práctica. Debemos ser responsables de nuestras acciones. Debemos guardar los preceptos. Debemos practicar Samadhi para obtener sabiduría, y debemos lograr pureza de la mente. Tathagatagarbha será entonces lo mismo que la verdadera talidad. Pero hasta que lleguemos al punto en que nuestra mente esta verdaderamente incontaminada, nuestro tathagatagarbha continuara almacenando las semillas karmicas de nuestras acciones, y continuaremos cargando la responsabilidad por este karma; y continuaremos teniendo percepciones que están enraizadas en la ilusión: de felicidad, dicha, amor, odio, preocupación, indiferencia.
Maestro Sheng Yen