No pienses que sólo podrás ser feliz cuando las condiciones que te rodean sean perfectas. La felicidad yace en tu propio corazón.
Buda dijo: “Cuando una persona sabia sufre se pregunta a si misma: ¿Qué puedo hacer para liberarme de este sufrimiento? ¿Quién puede ayudarme? ¿Qué he hecho para liberarme de él?; en cambio cuando una persona necia sufre se pregunta a si misma: ¿Quién me ha perjudicado? ¿Cómo puedo demostrarle a los demás que he sido víctima de una injusticia? ¿Cómo puedo castigar a los que me han hecho sufrir?”.
Como es natural, tienes todo el derecho a sufrir, pero como practicante no tienes derecho a no practicar. Todos necesitamos comprensión y amor, pero la práctica no consiste únicamente en esperar que nos comprendan o nos amen, sino en practicar la comprensión y el amor. Por favor, no te quejes cuando nadie parezca amarte ni comprenderte. Haz el esfuerzo de comprender y amar mejor a los demás. Todos somos corresponsables, y si te aferras a la actitud de culpar a los demás, la situación sólo empeorará.
Empezamos la práctica buscando el sentido de nuestra vida. Sabemos que no deseamos perseguir fama, dinero ni placer sensorial, de modo que aprendemos el arte de vivir conscientemente. Con el paso del tiempo logramos cierto grado de comprensión y compasión, y descubrimos que podemos utilizar estas energías para aliviar nuestro sufrimiento y el de los demás. Este hecho da ya algún significado a nuestra vida.
Seguimos practicando, observando profundamente los Cinco Agregados de los cuales se compone el yo, y sentimos la realidad del no-nacimiento y de la no-muerte que hay en nosotros y en todas las cosas. Esta experiencia nos aporta el mayor alivio, desvanece todos nuestros temores, nos ofrece la verdadera libertad y da verdadero significado a nuestra vida.
Necesitamos lugares donde poder meditar, respirar en silencio y observar y escuchar profundamente. Cuando en casa tenemos problemas, necesitamos una habitación en la que poder refugiarnos. Necesitamos también parques y otros lugares tranquilos para poder practicar la meditación andando solos y con otras personas.
Las escuelas no son únicamente un lugar para transmitir conocimientos técnicos, sino que deben ser también un lugar donde los niños puedan aprender a ser felices, afectuosos y comprensivos, y donde los maestros alimenten a sus alumnos con su propia visión y su felicidad.
Necesitamos que en los hospitales haya lugares en los que los familiares, el personal médico, los pacientes y otras personas puedan meditar, respirar y serenarse a sí mismas. Necesitamos que el congreso sea un lugar donde se traten realmente nuestros problemas. Si eres educador, padre, maestro, arquitecto, empleado, político, médico o escritor, por favor, ayúdanos a crear la institución que necesitamos para nuestro despertar colectivo. Si elegimos funcionarios infelices o incapaces de dar felicidad a sus familias, ¿cómo podemos esperar que hagan feliz a nuestra ciudad o a nuestra nación?. Necesitamos ser capaces de tomar juntos las mejores decisiones. Necesitamos tener paz tanto dentro como fuera de nosotros.
El corazón de Buda se halla en el interior de cada uno. Necesitamos entrar en nuestro corazón, lo cual significa sentir al Buda en nuestro interior. Y sentir al Buda en nuestro interior significa estar presentes para nosotros mismos, para nuestros sufrimientos y alegrías, y para muchas otras personas. Cuando somos conscientes podemos exhibir una sonrisa que demuestra nuestra transformación.
Al permanecer maravillosamente unidos, hemos podido sentir el corazón de Buda. Por favor, practica como un individuo, una familia, una ciudad, una nación y una comunidad del mundo entero. Cuida mucho la felicidad de todos los que te rodean. Disfruta de tu respiración, de tu sonrisa, de iluminar con la luz de la conciencia todo cuanto hagas.
Las enseñanzas de Buda sobre la transformación y la curación no son teóricas, sino muy profundas. Pueden practicarse cada día. Por favor, practícalas y compréndelas. Estoy convencido de que puedes hacerlo.
Thay