La actividad de los budas es completamente espaciosa, sin límites. La puerta de la vacuidad es la entrada a la liberación; si deseas ayudar a los demás no albergues intención alguna. Trasciende el pasado, el presente y el futuro, así no podrás elevarte ni caer; los proyectos se oponen a la realidad, porque ésta no pertenece al reino de lo creado.
Muévete, y producirás la raíz del nacimiento y de la muerte; permanece en la quietud, y te embriagarás en la tierra del olvido. Si ambas, actividad y quietud, son erradicadas, te sumergirás en una vacía aniquilación. Si renuncias al movimiento y a la quietud, creerás haber alcanzado la naturaleza búdica.
Ante los objetos y las situaciones debes ser como un árbol muerto o como las frías cenizas, actuando de forma responsable, acorde con el momento, sin perder el apropiado equilibrio. Un espejo refleja infinidad de imágenes sin empañar su brillo; los pájaros vuelan a través del cielo sin alterar su color.
Hsuan-sha
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