No hay nada incorrecto en el modo en que el cuerpo envejece y se enferma. Solo sigue su naturaleza. Por lo tanto no es el cuerpo el que nos causa sufrimiento, sino nuestro propio pensar errado.
Cuando vemos lo correcto equivocadamente, hay propensión a la confusión.
Es como el agua de un río. Naturalmente fluye hacia abajo.Nunca fluye hacia arriba. Esa es su naturaleza. Si nos paráramos en el banco de un río, y viendo el agua fluir rápidamente hacia abajo en su curso quisiéramos, tontamente, que fluya hacia atrás, hacia arriba, sufriríamos. Sufriríamos por nuestra visión equivocada, nuestro pensar “contra la corriente”. Si tuviéramos la visión correcta, veríamos que el agua debe fluir hacia abajo. Hasta que nos demos cuenta y aceptemos este hecho, siempre estaremos agitados y nunca encontraremos paz en la mente.
El río que debe fluir hacia abajo es como nuestro cuerpo. Pasa a través de la juventud, vejez y finalmente muere. No nos permitamos desear que fuera de otra manera. No es algo que tengamos el poder de remediar. ¡No vayamos contra la corriente!
Ajahn Chah