Podemos comparar la práctica con un frasco de medicina que un doctor deja para su paciente. En el frasco están escritas las instrucciones detalladas de cómo tomar la medicina, pero no importa cuántas veces el paciente lea las instrucciones, está propenso a morir si eso es todo lo que hace. No obtendrá ningún beneficio de la medicina. Y antes de que muera, puede que se queje amargamente de que el doctor no era bueno; de que la medicina no lo curó. Puede que piense que el doctor era un farsante o que la medicina era inútil, aunque él habría solo gastado su tiempo examinando el frasco y leyendo las instrucciones. No siguió el consejo del doctor de tomar la medicina. De todas maneras, si el paciente hubiera seguido realmente el consejo del doctor y hubiese tomado la medicina con regularidad como fue prescrita, se podría haber recuperado.
Los doctores prescriben medicina para eliminar las enfermedades del cuerpo. Las enseñanzas del Buda son prescritas para curar las enfermedades de la mente y para volverla a su estado natural saludable. Por lo tanto el Buda puede ser considerado como un doctor que prescribe curas para las enfermedades de la mente, que pueden ser encontradas en cada uno de nosotros sin excepción.
Cuando ves estas enfermedades de la mente, ¿no tiene sentido mirar al Dhamma como sostén, como medicina para curar tus enfermedades?
Ajahn Chah