Había una vez una anciana que lloraba todo el tiempo. Su hija mayor estaba casada con un vendedor de paraguas, mientras que la hija menor era la mujer de un vendedor de fideos. Los días de sol, ella se preocupaba: “¡Oh, no! El clima está tan soleado y lindo. Nadie va a comprar ningún paraguas. Cuando llovía, ella lloraba por la hija menor. Pensaba: “¡Oh no! Mi hija menor es la mujer de un vendedor de fideos. No se pueden secar los fideos cuando llueve sin sol. Ahora no habrá fideos para vender. ¿Qué deberíamos hacer?” Como resultado, la anciana vivía en tristeza todos los días. Un día, ella conoció a un monje. Ella le explicó el problema y el monje sonrió amablemente y dijo: “¡Señora! No necesita preocuparse. Le enseñaré un camino hacia la felicidad, y usted no necesitará lamentarse más.” La señora llorona estaba muy excitada. Inmediatamente le pidió al monje que le enseñara qué hacer. El maestro respondió: “es muy simple. Usted sólo necesita cambiar su perspectiva. Los días de sol, no piense en su hija mayor siendo incapaz de vender paraguas, sino en su hija menor pudiendo secar sus fideos. Con semejante luz solar, ella deberá poder hacer muchísimos fideos y su negocio irá muy bien. Cuando llueva, piense en el negocio de paraguas de la hija mayor. Con la lluvia, todo el mundo debe estar comprando paraguas. Ella venderá un montón de paraguas y su negocio prosperará.” La anciana vio la luz. Siguió las instrucciones del monje. Después de cierto tiempo, ella no lloraba más; en cambio, siempre estaba sonriendo. Desde ese día en adelante ella fue conocida como la señora sonriente.
Cuando todos nosotros tenemos preocupaciones y problemas, si podemos imitar a la señora llorona y cambiar nuestra perspectiva un poco, podemos transformar las preocupaciones y problemas en felicidad y fortuna. Esto no requiere un poder mágico. Si podemos comprender una cantidad minúscula del Dharma Budista y aplicarlo efectivamente durante puntos de transición en nuestra vida, podemos tener destellos en nuestra comprensión. Luego cambiaremos tontería en sabiduría e ignorancia en iluminación.
Extraído del libro La perspectiva Buddhista sobre Causa y Condición