La fijación

Si te aferras un sólo instante al reconocimiento de que “esto es eso”, quedarás cautivo de pies y manos sin posibilidad alguna de moverte.

En cuanto se produzca este reconocimiento habrás perdido la perspectiva correcta. Si no te aferras a él, todavía puedes salvarte.

Esto es parecido a construir un bote y equiparlo para emprender un largo viaje en busca de un tesoro lejano. Si no levas el ancla seguirás junto a la orilla por más que remes hasta extenuarte y aunque sientas que la barca se mece sobre las olas, no te moverás una sola pulgada.

Maestro Foyan

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