Si quieres obtener la comprensión esencial del Zen, lo primero que debes hacer es dejar de buscarla. Cualquier logro alcanzado mediante el esfuerzo cae dentro de la esfera del intelecto.
El gran tesoro del Zen siempre ha estado abierto y a la vista y es, además, la fuente de poder de todas tus acciones.
Sólo cuando cese el discurrir de la mente compulsiva lograrás el estado que está más allá del nacimiento, alcanzarás la otra orilla y ya no caerás en el sentimentalismo ni te aferrarás a ningún tipo de conceptos.
Entonces el Zen se manifestará por doquier en todo su esplendor y mires donde mires, no verás más que los signos de su gran actividad.
Todo emana de tu propio corazón. Esto es lo que un anciano denominó recuperar el tesoro familiar.
Maestro Yuanwu