La mente pensante aparece en la mayoría -si no en todas- estas lecciones de meditación. Se trata de la mente habladora -la colección de interlocutores que existen en nuestra mente, que opinan acerca de todo. Es como si dentro de nosotros existiera un comité de comentaristas… ¡cuyos miembros nunca están de acuerdo!
Podemos sentir una gran carga cuando trabajamos con la mente charlatana porque repasa el pasado y planifica el futuro sin cesar, opinando acerca de todo. Deseamos que la mente se calle y es fácil sentirnos en éxtasis cuando
finalmente deja de parlotear. Sin embargo, si el no pensar fuera equivalente a la iluminación, Buda habría recetado para todos una versión antigua de un medicamento para detener el proceso del pensamiento, y seríamos todos felices.
No se trata de eso. La verdadera felicidad no es cuestión de “no-pensar”. Ajahn Chah, solía decir: “¡Los búfalos de agua [que son bestias de carga comunes en Tailandia] son el ejemplo de una mente muy silenciosa!” Los búfalos de agua tienen un aura de increíble densidad, y se pasan todo el día rumiando en los campos de arroz. Igual, una gallina se puede pasar días enteros en su nido. Así que si nos sentáramos en meditación por semanas, sin pensar, podríamos desarrollar la sabiduría de un pollo— que probablemente no es muy aguda.
Por eso es bueno reconocer el alivio que experimentamos con la quietud, el silencio y la paz— pero nos equivocamos si sobrestimamos su importancia.
Ajhan Amaro