Cuando tienes una total claridad, no creas ninguna distorsión subjetiva; cuando eres absolutamente puro, está en ti la auténtica percepción. Pero aunque poseas estas dos cualidades en lo más profundo de tu ser, todavía no estás en poder de la llave trascendental.
Cuando el viento y las olas desaparecen, el océano de la mente se muestra tal como es; cuando llegas al fondo del océano de la mente, ves por vez primera la perla negra.
Tzu-te