Decimos que la moralidad, la concentración y la sabiduría son la senda por la cual todos los Seres Nobles han caminado hacia la Iluminación. Son todos uno. Moralidad es concentración; concentración es moralidad.
Concentración es sabiduría; sabiduría es concentración. Es como un mango. Cuando es una flor, la llamamos una flor. Cuando se vuelve una fruta, la llamamos un mango.
Cuando madura, lo llamamos un mango maduro. Todo es un mango, pero cambia continuamente. El mango grande crece a partir del mango pequeño; el mango pequeño se vuelve grande. Puedes llamarlas frutas diferentes, o a todas como una. Moralidad, concentración y sabiduría están relacionadas de esta manera. Al final es el camino entero el que lleva a la Iluminación.
El mango, desde el momento primero en que aparece como una flor, simplemente crece para madurar. Deberíamos verlo así. Lo que sea que otros lo llamen, no importa. Una vez que nace, crece para envejecer ¿y entonces a dónde va? Debemos contemplar esto.
Alguna gente no quiere ser vieja. Cuando envejece, se vuelve apesadumbrada. Esta gente no debería comer mangos maduros.
¿Por qué quiere que los mangos maduren? Si no están maduros a tiempo, los maduramos artificialmente, ¿no es cierto? Pero cuando envejecemos estamos llenos de lamentos. Alguna gente llora. Tiene miedo de envejecer o morir. Si es así, no debería comer mangos maduros. ¡Mejor que coma solo las flores! Si podemos ver esto, entonces podemos ver el Dhamma. Todo se aclara y estamos en paz.
Ajahn Chah