Hablando en términos generales, el Zen requiere una voluntad poderosa e inquebrantable que te permita purificar los seis sentidos en todo momento. De ese modo permanecerás en el dominio puro y natural de la
gran liberación aunque te halles inmerso en las preocupaciones y placeres del mundo.
Cuando alcances la calma y la estabilidad serás como las majestuosas montañas, dejarán de perturbarte los deseos y las circunstancias externas y tampoco te verás atrapado por las dificultades ni por los problemas.
Una voluntad poderosa es un atajo que te permite acceder a la Vía.
Maestro Ying-an