La Alegría

Hace casi un año una amiga nuestra muy querida, la hermana de Ayya Khema, monja
alemana de la tradición Teravada que vive en Sri Lanka, vino a visitarnos para dirigir un
retiro de
vipassana (la meditación interior). El retiro fue para mí toda una revelación porque
puso especial énfasis en la alegría. No me había dado cuenta de que mi práctica hubiese
llegado a enfatizar tanto sufrimiento. Había dedicado toda la atención a aceptar las cosas
desagradables, inaceptables, embarazosas y dolorosas que yo hacía. Y en el proceso había
olvidado sutilmente la alegría.
En el retiro silencioso de siete días, Ayya Khema nos enseñó que cada uno de nosotros
guarda en su corazón una alegría que nos es accesible; conectando con ella y dejándola
florecer, nos permite celebrar nuestra práctica y nuestra vida. La alegría es como una Sueve
lluvia primaveral que nos aligera y permite disfrutar, es toda una nueva manera de afrontar
el sufrimiento.
En un libro titulado
A Guide to Walking Meditation, En el capítulo <<El mundo contiene
todas las maravillas de la Tierra Pura>>, Thich Nhat Hanh dice: <<No creo que todos los
Budas y bodhisattvas de los tres tiempos me critiquen por revelaros un pequeño secreto:
que para hallar las maravillas de la Tierra Pura no es necesario ir a ninguna otra parte>>.
Esta sensación de maravilla y de gozo está presente en cada momento de nuestra vida
normal de cada día, si podemos conectar con ella. El mayor obstáculo para conectar con la
alegría es el resentimiento.
La alegría va vinculada al descubrimiento de la grandeza, libertad y belleza de las cosas.
Abrigar resentimiento por lo que nos sucede y quejarnos por la vida que llevamos es como
rehusar aspirar la fragancias de las rosas silvestres cuando salimos a dar un paseo a primera
hora de la mañana, o como estar tan ciegos que nos percibamos que un gran cuervo negro
se posa sobre el árbol bajo el cual permanecemos sentados. Podemos estar tan inmersos en
nuestros propios sufrimientos o preocupaciones que no nos demos cuenta de que el viento
se ha desatado o de que alguien ha puesto flores en la mesa del comedor, o de que al salir al
exterior por la mañana, las banderas de oraciones están inmóviles, y que al volver, ondean
con el viento. Tener resentimiento, amargura o guardar rencor nos impide ver, escuchar,
saborear y disfrutar.
Hay una historia de una señora que huye de los tigres. Corre y corre, pero los tigre están
cada vez más cerca de ella. Al llegar al borde de un precipicio, ve algunas enredaderas, así
que agarrándose a ellas, empieza a descender por la pared del abismo. Al mirar hacia abajo,
descubre que también hay tigres. Entonces nota que un ratoncito está royendo la
enredadera a la que se agarra. Cerca de ella también descubre un bello y pequeño manojo
de fresas que crecen en una mata de hierba. Mira hacía arriba y hacia abajo. Mira al
ratoncito. Entonces simplemente coge una fresa, se la introduce en la boca, y la saborea por
completo.

Tigres arriba, tigres abajo. Ésta es en realidad la difícil situación en que nos hallamos
siempre, en términos de nuestro nacimiento y nuestra muerte. Cada momento es
simplemente lo que es. Puede que sea el único momento de nuestra vida, la única fresa que
comamos. Podemos deprimirnos antes ello, o podemos finalmente apreciar y gozar lo
precioso de cada momento de nuestra vida.
Trugpa Rimpoche solía decir: <<Tú puedes hacerlo>>. Ésta era probablemente una de sus
principales enseñanzas: <<Tú puedes hacerlo>>. Thich Nhat Hanh, es su
Guide to Walking
Meditation
, empieza hablando de que cada persona acarrea una carga, y que si quieres
liberarte de ella si quieres desprenderte de ella, tú puedes hacerlo. Puedes conectar con la
alegría de tu corazón.
En un día silencioso como el de hoy, cuando todo se halla completamente tranquilo, puedes
descubrir que te sientes deprimido y que todo lo que haces con una expresión triste: abres
la puerta con tristeza, bebes tu té con tristeza, te concentras tan duramente en estar en
silencio, sereno y en moverte con lentitud, que te sientes desdichado. Por otro lado, puedes
simplemente relajarte y comprobar que al margen de toda preocupación, queja y
desaprobación que fabrica tu mente, el sol siempre sale por la mañana, cruza el cielo y se
pone al anochecer. Los pájaros siempre están ahí fuera picoteando su comida, haciendo sus
nidos y volando a través del cielo. La hierba siempre se mueve al compás del viento o
permanece quieta. Los alimentos, las flores y los árboles crecen de la tierra. Hay una
enorme riqueza. Puedes desarrollar tu pasión por la vida y tu curiosidad e interés. Puedes
conectar con tu alegría, y puedes empezar ahora mismo.
[…]

 

Pema Chodron
La sabiduría de la No-evasión
Fragmento: Capítulo 6, Pp. 45-48
Editorial Oniro.

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