La naturaleza verdadera de todas las cosas es la de no-nacer, no-morir, no-llegar y no-partir. Mi naturaleza verdadera es la naturaleza de no-venir y no-ir. Cuando hay condiciones suficientes, me manifiesto, y cuando las condiciones ya no son suficientes, me escondo. Yo no voy a ninguna parte.
¿Dónde podría ir? Simplemente me escondo.
Si vuestro ser querido ha muerto, pude que ustedes pasen un tiempo difícil venciendo vuestra pérdida. Puede que lloren todo el tiempo. Pero miren profundamente. Hay una medicina divina para ayudarlos a vencer vuestro dolor, para ayudarlos a ver que su ser querido no nace y no muere, no viene y no va.
Es sólo por nuestro mal-entendimiento que pensamos que la persona que amamos ya no existe más después de su muerte. Esto es porque estamos apegados a una de las formas, una de las muchas manifestaciones de esa persona. Cuando esa forma o manifestación se ha ido, sufrimos y nos sentimos tristes.
La persona que amamos todavía está ahí. Ella está a nuestro alrededor y dentro de nosotros sonriéndonos. En por nuestro error o engaño que no podamos reconocerla, y decimos: “Ya no existe.” Nos preguntamos una y otra vez, “¿Dónde estas? ¿Por qué me has dejado solo/a? nuestro dolor es grande por nuestro malentendido. Pero la nube no se ha perdido. Nuestro ser amado no está perdido. La nube se manifiesta en una forma diferente. Nuestro ser amado se manifiesta en una forma diferente. Si podemos entender esto, entonces sufriremos mucho menos.
-Thay-