Cuando nos sentamos a meditar, observamos solamente la respiración.
No tratamos de controlarla. Si forzamos para que nuestra respiración sea demasiado prolongada o demasiado corta, no nos sentiremos ecuánimes y nuestra mente no se tranquilizará. Solo debemos dejar que nuestra respiración suceda naturalmente. Es como usar una máquina de coser a pedal. No podemos forzar el pedal. Lo impulsamos hacia arriba y hacia abajo y lo soltamos naturalmente.
Si lo forzamos, la costura no será fácil y sencilla. Por lo tanto antes de comenzar a coser nada, primero debemos practicar pedaleando la máquina para conseguir nuestra correcta coordinación, entonces la máquina puede hacer su trabajo naturalmente.
Observar la respiración es igual. No nos preocupamos sobre cuán largo o corto, débil o fuerte es. Tan sólo lo notamos. Simplemente le permitirnos ser natural y lo seguimos.
Ajahn Chah